Mr Galisteo

Crítica - Opinión - Experiencias - Actualidad

jueves, 8 de junio de 2017



Katy Perry ha vuelto al mundo de la música definitivamente. Mañana, 10 de junio, y tras casi cuatro años de espera, se estrenará de forma mundial, Witness, el cuarto disco de estudio de la cantante estadounidense; un disco muy diferente a todo lo que la artista había hecho hasta ahora.

Que este disco iba a ser muy distinto a todo lo anterior no era ninguna sorpresa, ya que, desde Chained to the Rhythm, primer single del disco, ya sabíamos que Katy Perry volvía pero no como todos la conocíamos hasta entonces. Un tema que, desde su estreno el pasado 9 de febrero, no ha dejado de sonar en las principales emisoras de todo el mundo y cuyo videoclip, estrenado dos semanas después, ya supera los 270 millones de reproducciones y todo el mundo enloqueció con el primer tema del disco. 

Meses más tarde llegaría el segundo single, Bon Appetit, que dejó un mal sabor de boca a muchos fans de la artista: mientras que algunos no aprobaban la colaboración de Perry con Migos debido a los supuestos comentarios homófobos del grupo, otros, directamente, se decepcionaron tras el alto nivel del primer single. Esta mala respuesta por parte de los fans supuso un duro palo para Perry, quien estrenó, atropelladamente, el tercer y último single (por el momento) del disco, Swish Swish, single aún sin vídeo musical que parece ir dirigido a su enemiga pública número uno, la cantante estadounidense Taylor Swift.

Y es que, si bien tras escuchar los singles no era una sorpresa que las nuevas canciones que compondrían el nuevo album de Perry iban a ser muy distintas a lo que todos estábamos acostumbrados, es cierto que, tras escucharlo entero, Katy Perry ha sorprendido y mucho.

Portada de "Witness", lo último de Katy Perry
Ninguna canción se parece a ninguna otra. Todos los temas son muy distintos. Los ritmos son muy innovadores y diferentes, al igual que las letras de las canciones. Witness es, posiblemente, el trabajo musical más personal y más íntimo que Katy Perry haya hecho hasta el momento. Grandes compositores se han volcado en el nuevo proyecto de la cantante de Roar, como la cantante australiana Sia o el compositor Max Martin, quien compuso el último y exitoso álbum de su enemiga, Taylor Swift. Además, el álbum cuenta con las colaboraciones de varios raperos, como Skip Marley, Migos o Nicki Minaj. 

Es imposible recordar un álbum similar en la trayectoria de la cantante y tampoco es comparable a ningún otro. Tendremos que escucharlo varias veces para poder asimilar que lo que estamos escuchando es lo nuevo de Katy Perry. ¿O debería decir Katheryn Hudson?

¿Tienes ganas de escucharlo? Descarga "Witness" gratuitamente y de forma directa pulsando aquí

martes, 6 de junio de 2017


Cartel promocional del concierto benéfico "One Love Manchester".


Un aura especial hechizaba ayer el Emirates Old Trafford en Manchester, Reino Unido. Cientos de miles de personas recuperaban su sonrisa, irradiaban y transmitían energía y brillaban con luz propia. Dulces y acarameladas lágrimas de felicidad sustituían las lágrimas de preocupación, miedo e impotencia que trece días antes brotaban de los ojos de todos los fans que, asustados y confundidos, abandonaban el Manchester Arena. Los gritos de terror fueron sustituidos por gritos de entusiasmo y de ilusión, y esta vez, la gente se agolpaba para entrar en la sala y no para abandonarla a toda prisa; esta vez, todos se sentían protegidos y seguros y nadie tenía miedo a nada: todos eran fuertes, y el cuerpo de seguridad contribuía en el refuerzo de sus fortalezas, haciéndolos invencibles frente a las adversidades, e inmortales frente a los terroristas. Además, otros 22 angelitos velaban por su máxima seguridad desde el cielo, con especial precaución y preocupación por los últimos sucesos acontecidos en la vecina Londres que dificultaban la consecución del clima de plena seguridad.  



La ciudad de Manchester demostró ayer varias lecciones, a cada cual más valiosa: demostró que la música es la sangre que circula por los cuerpos de los adolescentes y nos aporta el oxígeno y los nutrientes que necesitamos para vivir; demostró que el amor siempre gana frente al odio; y que la humanidad, frente a un enemigo común, une sus fuerzas más que nunca. Independientemente de la raza, el sexo, la orientación sexual, las tendencias políticas y/o religiosas o el fandom musical al que se pertenezca, ayer pudimos apreciar que la unión hace la fuerza

Manchester rindió ayer un homenaje histórico a las víctimas del terrible y cobarde atentado que se produjo el pasado 22 de marzo a la salida del concierto de gira de la cantante, en el que murieron 22 personas, muchas de ellas menores de edad, y otros 64 asistentes resultaron heridos; un homenaje, como decía, histórico, no solo para el mundo de la música, sino para el mundo en general, ya que nunca antes tantas personas se habían unido para plantar cara al terrorismo y homenajear a las víctimas. 

En el escenario, con muchas emociones controvertidas, pero, especialmente, con mucho entusiasmo, entrega y dedicación pudimos ver ayer a Ariana Grande, rodeada de importantes figuras de la industria musical juvenil del momento, como Miley Cyrus, Justin Bieber, Katy Perry o su pareja actual, Mac MillerPudimos ver de nuevo a la misma Ariana Grande de siempre, tan brillante, poderosa y segura de sí misma, a excepción del tema principal de la noche, One Last Time, donde la cantante, finalmente, debido al sentimentalismo de la canción y la emotividad del momento, no pudo evitar derramar unas comprensibles y sinceras lágrimas. 

One Love Manchester será recordado como un evento único, en el que 50.000 personas mostraron una imagen de armonía y unidad difícilmente perceptible en otras ocasiones; un ciclópeo acto benéfico que no solo consiguió recaudar la friolera de nueve millones de dólares para las familias de las víctimas y otros fondos sociales, sino que también fue retransmitido en todo el mundo; un día en el que los fandoms eliminaron sus barreras y se unieron por una buena causa. 

Pero, sobre todo, creo que One Love Manchester será recordado como el día en el que una adolescente estadounidense de 23 años llamada Ariana Grande demostró al propio presidente de su país que el odio y las fronteras no son la solución a este problema. 


Aitor Galisteo Gómez
Estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Univ. Rey Juan Carlos

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