Cartel promocional del concierto benéfico "One Love Manchester". |
Un aura especial hechizaba ayer el Emirates Old Trafford en Manchester, Reino Unido. Cientos de miles de personas recuperaban su sonrisa, irradiaban y transmitÃan energÃa y brillaban con luz propia. Dulces y acarameladas lágrimas de felicidad sustituÃan las lágrimas de preocupación, miedo e impotencia que trece dÃas antes brotaban de los ojos de todos los fans que, asustados y confundidos, abandonaban el Manchester Arena. Los gritos de terror fueron sustituidos por gritos de entusiasmo y de ilusión, y esta vez, la gente se agolpaba para entrar en la sala y no para abandonarla a toda prisa; esta vez, todos se sentÃan protegidos y seguros y nadie tenÃa miedo a nada: todos eran fuertes, y el cuerpo de seguridad contribuÃa en el refuerzo de sus fortalezas, haciéndolos invencibles frente a las adversidades, e inmortales frente a los terroristas. Además, otros 22 angelitos velaban por su máxima seguridad desde el cielo, con especial precaución y preocupación por los últimos sucesos acontecidos en la vecina Londres que dificultaban la consecución del clima de plena seguridad.
Ha sido por todos ellos. Por todos esos seres humanos que perdieron la vida cuando solo la estaban viviendo. #OneLoveManchester pic.twitter.com/2gNUib3hTz— Miley Cyrus Noticias (@NoticiasSmilers) 4 de junio de 2017
La ciudad de Manchester demostró ayer varias lecciones, a cada cual más valiosa: demostró que la música es la sangre que circula por los cuerpos de los adolescentes y nos aporta el oxÃgeno y los nutrientes que necesitamos para vivir; demostró que el amor siempre gana frente al odio; y que la humanidad, frente a un enemigo común, une sus fuerzas más que nunca. Independientemente de la raza, el sexo, la orientación sexual, las tendencias polÃticas y/o religiosas o el fandom musical al que se pertenezca, ayer pudimos apreciar que la unión hace la fuerza.
Manchester rindió ayer un homenaje histórico a las vÃctimas del terrible y cobarde atentado que se produjo el pasado 22 de marzo a la salida del concierto de gira de la cantante, en el que murieron 22 personas, muchas de ellas menores de edad, y otros 64 asistentes resultaron heridos; un homenaje, como decÃa, histórico, no solo para el mundo de la música, sino para el mundo en general, ya que nunca antes tantas personas se habÃan unido para plantar cara al terrorismo y homenajear a las vÃctimas.
En el escenario, con muchas emociones controvertidas, pero, especialmente, con mucho entusiasmo, entrega y dedicación pudimos ver ayer a Ariana Grande, rodeada de importantes figuras de la industria musical juvenil del momento, como Miley Cyrus, Justin Bieber, Katy Perry o su pareja actual, Mac Miller. Pudimos ver de nuevo a la misma Ariana Grande de siempre, tan brillante, poderosa y segura de sà misma, a excepción del tema principal de la noche, One Last Time, donde la cantante, finalmente, debido al sentimentalismo de la canción y la emotividad del momento, no pudo evitar derramar unas comprensibles y sinceras lágrimas.
One Love Manchester será recordado como un evento único, en el que 50.000 personas mostraron una imagen de armonÃa y unidad difÃcilmente perceptible en otras ocasiones; un ciclópeo acto benéfico que no solo consiguió recaudar la friolera de nueve millones de dólares para las familias de las vÃctimas y otros fondos sociales, sino que también fue retransmitido en todo el mundo; un dÃa en el que los fandoms eliminaron sus barreras y se unieron por una buena causa.
Pero, sobre todo, creo que One Love Manchester será recordado como el dÃa en el que una adolescente estadounidense de 23 años llamada Ariana Grande demostró al propio presidente de su paÃs que el odio y las fronteras no son la solución a este problema.
Aitor Galisteo Gómez
Estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Univ. Rey Juan Carlos